Hoy me voy a permitir ser egoísta una vez más y hallaré alegría en tu dolor.
Te estrecharé entre mis brazos mientras tú deseas otro abrazo, te escucharé y te contaré, sabiendo que desearías que no fuera yo la que estuviera ahí.
Secaré las lágrimas que otro te ha causado y en tu debilidad encontraré mi fortaleza.
Robaré cada una de tus sonrisas a sabiendas que ninguna va dirigida a mí.
Hoy, le robaré a la distancia lo que un día me quitó e intentaremos engañar a su aliado, alargando los segundos hasta que se conviertan en minutos.
Serás el faro en mi tormenta y yo me convertiré en el puntal de tu vida.
Y cuando ya no estés, cuando tu día a día vuelva a su cauce, yo me alimentaré del pasado, imponiendo la alegría que requieren tus recuerdos, añorándote en la distancia, consolándome en tu cercanía.
Porque por muchos que sean los kilómetros que nos separan, si miramos hacia arriba vemos que el mismo sol nos alumbra y las mismas estrellas nos guían.
[compañeras de mil historias, cómplices de un sinfín de risas, conciencia la una de la otra]
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